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25/10/2017

Reflexionamos con el Profesor Bruno della Chiesa, de la Universidad de Harvard, sobre Neurociencia y Educación

La educación ha cambiado mucho en las últimas décadas... y cambiará todavía más. Las metodologías tradicionales, que tienen su valor, se están viendo complementadas con toda una panoplia de herramientas, enfoques y posibilidades antes impensables. Y es que, aunque el recurso fundamental siga siendo el Profesor de la Asignatura, es evidente que el mismo y el libro de texto no son ya los únicos insumos que tiene un alumno sobre una determinada materia.

La información y su disponibilidad son hoy muy diferentes a las del mundo que conocieron nuestros padres, y las posibilidades de la tecnología, enormes. Con todo, y en un esquema de aprendizaje mucho más abierto y orientado, cómo no, a las inteligencias múltiples, el apasionante mundo de la educación está en permanente revisión, crecimiento y cuestionamiento de los paradigmas.

Uno de los enfoques más rutilantes de los últimos tiempos en materia educativa se realiza desde lo llamado, en general, Neurociencia. ¿Cómo aprendemos? ¿Qué nos motiva? ¿Con qué nos quedamos? Sobre esto, en el Colegio Peleteiro no queremos ser meros espectadores. Y, por ello, nos hemos traído al Colegio, para una sesión con nuestro Claustro de Profesores pero abierta también a todos los educadores y personas interesadas, al Dr. Bruno della Chiesa. Y la experiencia, enmarcada en nuestro planteamiento de formación continuada, ha valido mucho la pena. Ha sido el pasado 25 de octubre, de 17:00 a 20:30 horas.

El Profesor della Chiesa, profesor e investigador en Harvard, dirigió dos seminarios consecutivos, con título "Mente, cerebro y educación: una breve introducción" y "Posibilidades y límites actuales de la aplicación de la neurociencia en el aula". En ellos, a partir de los hallazgos de los últimos años sobre neurociencia y, en particular, funcionamiento cerebral, trató de desmontar algunos mitos que existen sobre nuestra forma de adquirir conocimiento. Y, a partir de aquí. hacerse en voz alta las buenas preguntas sobre qué debemos esperar de nuestro alumnado y cómo será más fácil ponerles en el apasionante camino del aprendizaje.

Ciertamente, es una verdadera aventura, honor y responsabilidad poder contribuir en algo a la formación, en el sentido más integral de la palabra, de los nuevos ciudadanos y ciudadanas de este mundo.