La verdadera cara de la investigación
Rubén Touriño Alonso (1º Bach)
Los pasados días 20 y 21 de julio he tenido la oportunidad de visitar el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela. En primera instancia y acompañados por Miguel, pudimos conocer de manera general las instalaciones del centro. Tras una visita por los distintos laboratorios y salas descubrimos la verdadera implicación de ser investigador, dada por alguien que lo vive en primera persona a diario. A continuación pusimos en marcha un experimento para un proyecto que investigaba el comportamiento del cáncer de ovario con el objetivo de evitar su expansión al resto de órganos, es decir, la metástasis. Para ello teníamos que comprobar cómo reaccionan las células tumorales implantadas en fibroblastos al aplicar diferentes sustancias: platino (quimioterapia), sustancias inhibidoras, líquido ascítico, etc. y compararlo con la reacción natural. Ayudamos a realizar los cálculos, Miguel preparó las muestras, y las llevamos al vídeo-microscopio del CIMUS, otro centro de investigación vinculado al IDIS pero afiliado a la universidad. Este aparato tomaría fotografías de las muestras cada media hora para finalmente poder ver su avance y contrastar la información obtenida. Ajustamos los parámetros del programa, verificamos que todo estuviese en orden (temperatura, niveles de CO2…) y dejamos que hiciese su trabajo. Esa misma tarde nos metimos en el papel de un investigador planteando un proyecto con todas sus partes que consistía en un “stent” (anillo adherido a los vasos sanguíneos) con la función de erradicar células tumorales. Nos adjudicamos diferentes roles y desarrollamos una pequeña presentación en la que hacíamos una introducción a nuestro producto, el “Metastaring”.
Al día siguiente analizamos las imágenes que el vídeo-microscopio había tomado, llegando a la conclusión de que el platino y el inhibidor sí contribuían en cierta medida a evitar la dispersión de las células tumorales. Sin embargo, las que estaban sometidas al placebo parecían formar nuevos implantes en los alrededores de la célula. De vuelta en el IDIS conocimos más sobre algunas enfermedades raras que se estaban investigando, como la fibrodisplasia. A continuación, nos dirigimos a la sección de oncología. Pudimos observar un cáncer a través de diferentes pruebas como el TAC o el PET-TAC, antes de visitar la sala de tratamientos y la zona farmacéutica. Desde un punto de vista clínico, comprendimos la relevancia que tiene la precisión y rapidez con la que se debe actuar en esta sección para evitar cualquier tipo de desgracia. Por último, tuvimos la oportunidad de visitar la zona de medicina xenómica, una parte también muy interesante. Tras conocer la importancia del estudio del material genético en todos los ámbitos (crímenes, diagnóstico de enfermedades, pruebas de paternidad…) visitamos el centro en general. Pudimos ver las complejas máquinas lectoras de ADN y demás instrumentos para el análisis del material genético. Lo más impresionante fue ver con qué facilidad manipulaban y reordenaban las imágenes de los cromosomas para formar un cariotipo. Para finalizar nos hablaron sobre enfermedades renales, las mutaciones de genes que pueden ocasionarlas, y sus tratamientos o soluciones.
Hasta ahí llegó nuestra visita. Desde mi punto de vista, la experiencia que nos brindaron el colegio y el IDIS fue enriquecedora y muy valiosa. Creo que debemos agradecer al colegio por haber organizado esta visita; y por supuesto reconocer la amabilidad y comprensión con que nos trataron los trabajadores del IDIS, que se esforzaron para que nos llevásemos un buen concepto de la vida del investigador.