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[ 50 ] VAMOS nuestros relatos ¿Qué es vivir? Son muchas las perso- nas que se han preguntado esto, pero ninguna puede dar con la respuesta más acertada. Algunas dicen que vivir, es disfrutar ese período de tiempo en- tre nacer y morir, otros, sin embargo, afirman que es el hecho de obedecer y hacer lo que tengas que hacer, para después ser tú quien dirija tu “vida”. Muchos no nos damos cuenta pero a medida que va pasando el tiempo, nuestras libertades que tanto gozamos de pequeños se van convirtiendo en la- bores para más tarde ser deberes. Al fi- nal, todos acabamos siendo máquinas, olvidándonos de la supuesta “libertad” quedando expuestos a todo aquel que nos recompense con una poca de ella, y ese es el problema de la máquina a la cual le llamamos “vida”. Da igual cuán- to te esfuerces en salir adelante, al fin y al cabo, acabarás, en el mejor de los ca- sos, en una tumba a varios metros por debajo de la tierra pudriéndote en ella. Nos hacen creer desde pequeños que debemos estar preparados para todo, que somos capaces de cualquier cosa, que el ser humano no va acorde con las demás especies animales, ¿y sí eso no fuera completamente así? Después de todo, nuestra única función en este mundo, es nacer, reproducirse y morir. Como simples seres vivos. La definición humana de vivir está tan romantizada que nos aleja de la realidad, porque nos dicen que tengamos un buen traba- jo, que nos preparemos para el futuro, pero, ¿qué nos asegura eso? Si lo único que sabemos con certeza es que un día o otro, vamos a morir. De hecho, no tenemos ni la más míni- ma idea de lo que pueda suceder des- pués de la muerte, existen millones de teorías pero realmente no podemos de- mostrar ninguna de ellas, sencillamen- te porque eso lo sabremos únicamente cuando estemos muertos. Quizás es- temos condenados a vagar en pena, viendo todo pero nadie nos ve, o quizás acabemos en un paraíso o infierno. Pero a lo que yo me aferro y mucha gente es incapaz de imaginarse, es que después de la muerte, no hay nada, porque esto me lleva al tema anterior, y es qué se ha romantizado de tal forma vivir, que nos olvidamos que como cualquier otra cosa, somos irrelevantes para lo que pase después. El mundo seguirá adelante. Con suer- te, alguien te recordará e incluso por mucho tiempo. Pero cada vez, indepen- dientemente del plazo, serás olvidado y reemplazado. Y esta es la realidad. Simón Torres 2º ESO Vivir Hace mucho tiempo, en la ciudad de Brighton, vivía Jack, un joven de 17 años. Residía en una modesta casita, a la orilla del mar, con su madre, padre, abuela y su hermano Ben. Le encan- taba plantar tomates en la huerta con su abuela o arreglar máquinas con su padre pero su hobby favorito era ir de pesca, además de que podía remar du- rante mucho tiempo sin cansarse. Un día, Jack se enteró de que iba a haber tormenta. Todo era normal has- ta que se acordó de que un amigo ha- bía salido a navegar. Apresuradamente, cogió un bote y partió a buscarle. Toda su familia le advirtió de que era mala idea pero Jack no podía dejar que mu- riera. Remó y remó hasta encontrar la barca de su amigo volcada en el mar. Al lado estaba su cuerpo. Jack lo subió a su barca y se dio cuenta de que esta- ba temblando. Apenas respiraba pero al menos estaba vivo. No podía practicar los primeros auxi- lios ahí así que condujo la barca hacia la orilla. Tumbó el cuerpo de su amigo en la arena para confirmar que había muerto. Cargó el cadáver en su espal- da y caminó hacia su casa. Estaba to- talmente destruida. Los alemanes la habían bombardeado. El dolor que Jack sintió en ese momento fue horri- ble. Pero entonces una bomba cayó del cielo y acabó con su sufrimiento. Que en paz descanse Jack . Lara Devi Woodhoo 1º ESO El mar abatido