Vamos 239

[ 52 ] VAMOS nuestros relatos Seguíami camino a casa desde el trabajo, como todos los días, cuando, de repente, un destello cegador me cohibió de mis senti- dos a tal punto, que poco a poco, acabé per- diendo el conocimiento. Nunca pude saber con total seguridad que fue lo que realmenteme pasó, ni cómo lograron llevarme hasta allí puesto que, al despertarme, aparecí en una habitación to- talmente blanca a excepción de un peque- ño ordenador. Pensé un par de veces que todo se trataba de una simulación, como los típicos vestíbulos en los juegos don- de empieza no habiendo nada y a medida que compras o subes de nivel se van des- bloqueando ciertos objetos para decorar- la, pero al sentir que pasaba el tiempo y ver que hiciera lo que hiciera no me daba des- conectado, me fui preocupandomás ymás a tal extremo que estuve a punto de darle una patada a lo único que veía en la sala: el pequeño ordenador. Cuando, de pronto, éste mismo se en- cendió por sí solo y me mostró a mí y a la habitación, pero, esta vez llena de color y completamente amueblada como si fue- ra mi habitación. Sin embargo, pude notar diferentes alteraciones sobre ella como por ejemplo, la puerta que estaba a la izquier- da en mi casa, ahora se encontraba en el techo. Intenté ver si los muebles estaban realmente allí aunque no pudiera verlos y, por increíble que parezca, en ese espacio blanco, si palpabas en determinadas zonas, podías sentir los diferentes muebles de la habitación. Traté de impulsarme con los muebles para abrir la puerta, algo que no tardé en lograr. Sin embargo, el problema radicaba en traspasar la puerta que estaba encima demi cabeza. Coloqué los muebles en fila y me impulsé con ellos hasta llegar a otra ha- bitación. Esta vez estaba llena de muebles chillones, objetos imaginarios, frases incon- clusas y en una pequeña zona, el agua esta- ba flotando en el aire. Estuve contemplando la habitación por si había alguna puerta o trampilla escondida, sin embargo no había nada que no me lla- mara la atención, hasta que lo vi, un dimi- nuto punto de color negro donde no había nada extraño alrededor, decidí acercarme y ver si era algún botón que podía acciónar, pero este se deslizó hacia un lado y dio lu- gar a un pizarrón infantil donde estaba es- crito “ Escoge tres objetos que te importen en esta habitación, y lograrás salir de aquí” . Leí y releí lo que había escrito en el pizarrón y miré detalladamente cada rincón de la habitación pero no encontré nada que me resultase extremadamente familiar. Pero ¿y si en realidad la idea era realmente algo que me había marcado en la vida? Decidí probar con esa idea y lo primero que elegí fue un cuadro familiar (algo que marca la infancia de todo niño sin duda es la familia y la relación que tienes con ella) aunque ya extrañaba tener un buen tiem- po sin verla. Lo segundo que elegí fueron unos tacones simulando ser Jennifer López donde por culpa de ellos casi acabo rodan- do por toda una colina. Y lo tercero fueron unos cubos de construcción que simboliza- banmi carrera de arquitectura, en la que úl- timamenteme pasaba horas y horas. Al contemplarlo, una puerta se abrió, me abalancé hacia ella, donde acabé cayendo por un enorme agujero. Desperté sobresal- tada en una camilla de hospital en los bra- zos de mi hermana, le pregunté enseguida quéme había pasado y al parecer, me había desmayado yendo de camino a casa. Reviví enmi mente todo lo que había ima- ginado y si realmente era real pero cuan- do me dieron el alta pude ver a través de la ventana una nota que decía “no le digas so- bre esto a nadie o sufrirás las consecuen- cias, disfruta tanto como puedas el tiempo que estés con tu preciada familia”. La habitación blanca Daniela Ferreiro 2º ESO

RkJQdWJsaXNoZXIy MTQwOQ==