Vamos 240

nuestros relatos [ 54 ] VAMOS Continuación del Capítulo 1: Revista Vamos 239 Otro viaje más Todos se subieron, incluso Baku, pero al arrancar el motor, marcaba que no había gasolina. Por suerte, el rey estuvo recolectando en secreto 20 garrafas de gasolina para salir de ese bosque y pu- dieron coger 16 garrafas para cruzar ese inmenso lago. Manuel calculó y van a necesitar 4 garrafas de ida y 4 de vuel- ta y le sobrarán 8, por si pasa algo utili- zarlas. -¡Arrancando motores!-dijo Manuel ilusionado -¡Esperadme!-dijo Cat retrasando a sus compañeros -Sube de una vez Cat-dijo Carla apu- rada -¡Allá voy!-dijo Cat *Cat coge carrerilla y se lanza al bar- co* Una vez que Cat se había subido em- prendieron un viaje hasta dónde Ma- nuel les llevara. Como el rey se quedó en tierra junto a su hijo, esperaron como si fuese un día normal pero sin su hija. Después de media hora llegaron a una cueva, pero la cueva expulsaba diferen- tes ruidos y sonidos de dentro de ella, y eso hacía que ninguno de “Los Azules” quisiese entrar dentro de ella. Sammos- tró valentía y decidió entrar junto con los demás, pero Cat como siempre estaba llorando en una esquina del barco di- ciendo que no quería entrar. -Vamos Cat-dijo Sam -¡No quiero!-dijo Cat llorando mien- tras miraba a una merienda que llevaba preparada de chocolate -Si no vas te quedarás aquí sola, y nadie sabe lo que pasará-dijo Sam con- venciendo -¡Jope!-dijo Cat-Vale, sí que voy, pero voy a ir agarrada de Carla El país fantástico Carlota Asensi 6º Primaria -Está bien…-dijo Carla Sam, Carla, Cat, Manuel y Baku se adentraron en la cueva, era oscura y asustadiza a la vez pero cuando pasa- ron esa parte se encontraron con un inmenso mar en el que en la arena ha- bía una señal clavada que indicaba que no era peligroso. Se acercaron y al lado de la señal había una barca de made- ra lo suficientemente grande para que entraran todos. A lo lejos Baku, vió una especie de persona en una barca y de- cidieron ir a ver quien era. Semontaron y como siempre Cat estaba distraída con algo, en este caso un loro parlan- chín. -¡Cat!-gritó Sam-¡Sube de una vez! -Espera, ya voy, estoy observando con interés esta ave muy peculiar-dijo Cat con puntualidad -¡Ya lo harásmás tarde!-dijoManuel -Bueno vale-dijo Cat apunto de es- tallar de furia Se adentraron, pero no fue tan fácil. Era bastante difícil porque había va- rias olas que inpedían el paso a la bar- ca hacía el mar, pero después de varios intentos lo consiguieron. Echaron la barca al mar y otro problema les ro- deó por segunda vez. Esta vez era un poco más complicado porque sólo te- nían que llegar hasta esa rara silueta al fondo, pero solo tenían remos, o eso pensaban… Después de mucho remar y remar tiraron la toalla. Empezaron a buscar algo que les ayudara a llegar más rápido y al final encontraron un motor pequeñito. Llegaron en un pis- pás hasta la silueta, la contemplaron y les resultaba algo familiar… Conocido o no conocido Resultaba ser un viejo amigo deMa- nuel, se llamaba Hugo. Se llevaban ge- nial y siempre quedaban para jugar

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