Vamos 240
[ 56 ] VAMOS nuestros relatos Ahib, un detective privado, vive en el nº9 de Airas Nunes, Conxo, en Santia- go de Compostela, con el letrero en la puerta de su casa rezando: Ahib Fernández Faya detective privado Un buen día, estaba descansando en su sofá, cuando llaman a la puerta. Es el deán, José Fernández Lago , que le pide ayuda porque han robado el botafumei- ro de la Catedral de Santiago de Com- postela. Su perro, Spot, fue hacia el deán emocionado. -Pues vamos a ver lo que pasa- dice Ahib. El deán le lleva en su coche has- ta la catedral y, al llegar, de la cuerda del botafumeiro cuelga un papel que dice”fundiré el botafumeiro, y, en tres días, con su plata, haré una escultura de mi”. Cogen la nota y se la llevan a un es- tudio de ADN para recoger información de la persona que dejó el papel. Se des- cubre que las huellas dactilares son las de Susana López, una peligrosa ladrona. En ese momento, Spot coge un pe- dazo de tela negra de un rincón de un armario. Al cogerlo, se ve un resorte es- condido y, al pulsarlo, se abrió un pasa- dizo. Al entrar, se ve una oscuridad tan profunda como la boca de lobo. Entran y, a medida que se van adentrando, se ilumina una antorcha. Al finalizar el pa- sadizo, se encuentran con un túnel sin salida. Antes de inspeccionar la sala, Ahib dice: —Elemental, querido deán, habrá un resorte. Al acercarse a la pared, la inspeccio- nó durante unos instantes, y al apoyar la mano en la pared, se apartó, y apareció un laboratorio modernísimo ante sus ojos. Allí había de todo, desde probetas, hasta microscopios. Era todo lo que un científico querría. Allí, entre todos esos instrumentos científicos estaba una la- drona famosísima: Susana López Piñei- ro. Mirando a la pantalla y escuchando por unos cascos la última canción de Shakira, “Pa-tipo como tu” , y no se dió cuenta de que le habían sorprendido en su laboratorio modernísimo. Entonces el deán se explicó muchas cosas: -Así que por eso las facturas de la luz y etcétera salían tan caras… Al descubrir esto, se marchan sin que la ladrona se diera cuenta y llamaron a todo el mundo: a la policía, a la guardia civil, al ejército… A todo el mundo, en fin. Al llegar, todos entraron en la cate- dral a tropel detrás de Ahib y del deán. Y también de Spot, claro. Al llegar frente al armario, Ahib pide silencio y abre el pa- sadizo. Al emprender la marcha, van de puntillas hacia el final del túnel. Al llegar al final, abren la pared y llegan al labo- ratorio, en el que sigue Susana mirando a la pantalla con los cascos puestos. No los oye entrar y, para que no les dificul- te capturarla, le ponen un pañuelo con cloroformo. Susana se duerme y se la llevan a la cárcel durante 30 largos años. Ahib inspecciona el ordenador y des- cubre que el botafumeiro tenía un ras- treador de seguimiento, y que en la pantalla aparecía que estaba en la Ca- pilla Calixtina. Fueron Ahib y Spot a esta capilla y… ¡Oh, sorpresa! Allí no había ni rastro del botafumeiro. Iban a irse cuan- do… Spot se va a una esquina y Ahib le sigue. Desde la entrada no se veía, pero desde ese punto sí que se veía el agu- jero que había en la pared con algo de plata dentro…El botafumeiro, que, en su interior, guardaba una nota: “Escondí el botafumeiro porque los de la catedral me jorobaron la vida a base de bien aniquilando a mi familia. Este acto es un acto de venganza” Así que era por la venganza de sus familiares… y encima de ladrona, ma- leducada. Se hizo una gran fiesta por recuperar el botafumeiro. ¡Estuvo una hora yendo y viniendo de aquí para allá! A los 3 meses de resolver el caso,se pu- blicó en el periódico que Susana López Piñeiro se había fugado de la cárcel… Pero eso es otra historia… Fin ...¿O no? María Elena Mato 6º Primaria AHIB, EL DETECTIVE SIN IGUAL Cap. 1 'Robo del botafumeiro'
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