Vamos 241
[ 48 ] VAMOS nuestros trabajos Ochomil millones de personas en el mun- do, casi 200 países, desarrollados, pobres, belicosos, sin tasa de criminalidad, con tasa de criminalidad alta, peligrosos, con una se- guridad estricta, y tú, justamente tú, fuis- te a parar aquí, leyendo este artículo en tu dispositivo o revista, yendo cómodamente a uno de los mejores colegios del país. Pen- sar en todo lo que te ha llevado hasta dón- de estás y cómo han afectado tus acciones diarias permanentemente a tu vida es ago- tador, ¿verdad? Y todavía cuando hay esa cosa, esa que tu piensas “¿que habría pasa- do si lo hubiera hecho diferente?”. La vida humana en sí misma se basa en el conjunto de casualidades que dan lugar o bien a una serie de avances a la cual lla- mamos “desarrollo” o a un completo efecto mariposa. En el que por una acciónmínima, se desata una impredecible calamidad que deja destrucción a su paso, incluso el posar delicado de una mariposa, de ahí recibe el nombre. Algunas personas afirman que las casualidades no existen, que todo está escrito bajo el guión de un ente. Pero basta con pensar que nos ha tocado esta vida como nos pudo tocar cualquier otra. Sí, la probabilidad de que tú hayas llega- do a leer este artículo supera más cifras de- cimales de las que puedas imaginar, pero, ¿no habría sido lo mismo en cualquier otra situación? Imaginemos a unhipotético niño neozelandés de 12 años, el cual acaba de lle- gar a clase, con un horario totalmente nor- mal para él, pero que para tí, parece lo más extraordinario del mundo. Este niño, ayer, quedó con sus amigos, cenó en cualquier restaurante neozelandés de su ciudad y se quedó con el móvil hasta las tantas de la noche. Universalmente hay tantas probabi- lidades de que te haya tocado tu vida como la de este niño. Y es que no nos paramos a pensar que una palabra pueda determinar todo lo que pase después, pues toda nuestra vida es un constante azar, y a pesar de que a al- gunos no les gusta apostar, el vivir es una constante apuesta. Una apuesta por nues- tra salud, bienestar, pero también por nues- tra sabiduría, relaciones sociales y futuro y presente. ¿Y qué apostamos? Apostamos a nuestro ser, cómo somos por cómo se- remos, y es arriesgado. Arriesgado por- que una vez que cambiamos no hay vuelta atrás, abandonamos nuestra alma para traer una sustituta que nos lleve a lo más alto porque si algo sí está escrito en el ser humano es la incierta e inexplicable nece- sidad de ser más, de competir por lo mejor, de ser egoístas aunque neguemos serlo. Es, probablemente, lo único de nuestras vidas que no se basa en una causalidad. Hace poco leí una novela, yme fijé en una gran frase que decía un general mexicano en plena guerra: más vale un “por si acaso” que un “quien lo diría”. Posteriormente, ase- sinaba fríamente a un niño de nomás de 10 años. ¿Y tiene razón? Moralmente, muchos lo consideraríamos erróneo, pero aquel ge- neral pensó en precisamente el fenómeno que supone la casualidad y la probabilidad, dos cosas que van siempre de lamano y allá donde aparezca una, aparecerá la otra, y la única forma de acabar con toda probabili- dad de un suceso es eliminando todos los agentes de raíz, porque lo que llamamos poco evidente, es simplemente improba- ble. Para concluir con este tema, me gustaría dar un mensaje. Realmente, los sucesos de nuestra vida cotidiana son raramente es- cogidos por nosotros, nos quedamos con aquello que queremos que pase, pero igno- ramos que paralelamente, millones de co- sas están ocurriendo a la vez, y quizás, tarde o temprano eso que considerábamos algo más en el mundo, acabe siendo algo increí- blemente significante, quizás, incluso deci- sivo en tu vida. Por lo que no esperes nunca que las cosas sucedan como tú quieres, el mundo es un constante azar, porque un día eres tú, y al otro te echas de menos, hay que vivir siendo conscientes del verdadero poder de las casualidades. Casualidades Simón Torres 2º ESO
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTQwOQ==