Vamos 243
62 H ace mucho, mucho tiempo, un grupo de cinco mejores amigas llamadas Kiki, Julia, Bea, Blanca y Adri, se fueron de acampada al bosque ya que era el cumple Julia y Bea, que por casualidad cumplian el mismo día. Después de hablar durante unas dos horas, a Blanca se le ocurrió contar unas historias terroríficas y eso es lo que hicieron. Más tarde, mientras que Adri, Bea y Julia iban a por leña, Kiki y Blanca esperaban allí cogiendo y colocando unas mantitas que habían traído, eran de corazones y de Bob Esponja. Cuando Bea, Adri y Julia volvieron, se senta- ron todas en troncos y acurrucadas con las mantitas, Kiki estaba tocando el ukelele mien- tras el resto cantaba. De repente, suena algo y rápidamente todas miraron hacia la derecha, pero no vieron nada y siguieron cantando has- ta que... se volvieron a mirar todas y ¡no esta- ba Kiki! Solo quedaba el ukelele que se estaba moviendo. Ellas vieron a un oso y salieron co- rriendo, menos Adri que se quedó cuidando de la cabaña. Siguieron al oso durante más de una hora hasta que se metió en una cueva con más osos. En este momento decidieron que no podían luchar contra todos y volvieron con Adri. Allí se encontraron una tumba, decidieron abrirla y…¡Había un vampiro que les estaba ha- blando! y decía: Chicas, soy Adri, me ha mordido un murciélago. Sus amigas estaban entre mu- riendose de risa y asustadas porque se dieron cuenta de que, ¿cómo le iba a morder un murcié- lago y haberse convertido en vampiro?Por eso, se pararon a pensar y comprobaron los hechos: ¡Era cierto! le había mordido un murciélago. Intentaron buscar todo tipo de ingredientes como palos, hierbas, flores, ¡hasta encontraron una azul! para intentar hacer un tranquilizante y sacar a kiki de la barriga del oso. El tranquilizante, no es que funcionara muy bien pero por lo menos sacaron, aunque sea con dificultad, a Kiki de la barriga, y eso que a Blanca le arañó un poquito en la cara. Una vez con Kiki fuera de la barriga pudieron entre todas crear una cura para conver- tir a Adri en humana pero antes la tuvieron que llevar en hombros. Llegaron y la curaron, pidie- ron una caravana y así volvieron a sus casas en la ciudad. Vivieron felices y comieron perdices; así es como acabaría un cuento de princesas o dragones pero este cuento acabara mejor así: Vi- vieron felices y comieron regalices. LA ACAMPADA EN EL BOSQUE NUESTROS RELATOS 11 JULIA PÉREZ, ADRIANA BLANCO, BEATRIZ ALVITE, BLANCA AYASO (5º EP), MARÍA AYASO (4º EP)
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