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79 que una persona pueda competir a ese nivel, en tales condiciones y circunstancias. Pero bueno, volviendo al tema, los pilotos y copilotos deben tener una gran habilidad, concentración, confian- za, comunicación y una grandísima valentía para afrontar los desafíos que plantea cada rally. Los coches que participan en el WRC son vehículos de producción que han sido modificados para mejorar el rendimiento en estas pruebas. Los co- ches deben cumplir con unas especificaciones técnicas que regulan aspectos como el peso, la potencia, la tracción, la aerodinámica o los neu- máticos. Los coches más utilizados actualmente son el Toyota Yaris, el Hyundai i20, el Ford Fiesta o el Citroën C3. El WRC tiene una gran tradición e historia, y ha contado con la participación de algunos de los mejores pilotos y copilotos de todos los tiem- pos, como Sébastien Loeb, Carlos Sainz, Colin McRae, Tommi Mäkinen, Juha Kankkunen, Mi- chèle Mouton, Daniel Elena, Luis Moya o Walter Röhrl, del que voy a hablar a continuación. Algu- nos de los rallyes más conocidos y prestigiosos son el Rally de Montecarlo, el Rally de Suecia o el Rally de Finlandia. El mundial es seguido por millones de aficionados en todo el mundo, que disfrutan de la emoción, la adrenalina y la belleza de este deporte. LANCIA CONTRA AUDI Bien, seguramente habrá personas a las que les suene esto, o que ya conozcan la historia, pero si no es así entonces la contaré yo. A lo largo de la historia ha habido infinidad de rivalidades en el automovilismo: Senna vs Prost, Ford vs Ferrari, Lauda vs Hunt… Pero esta es distinta, ya que se trata de una categoría completamente distinta a las anteriores mencionadas. Es una historia de ingenio e innovación, una historia de David y Go- liat, para la que hay que remontarse al mundial de constructores de 1983. Pero para hablar de ello tengo que remontarme a 1977… Durante ese año Audi estaba desarro- llando vehículos con tracción a las cuatro rue- das para el ejército alemán y, viendo la enorme cantidad de agarre que ofrecía la tracción total en comparación a los coches de la época, deci- dieron iniciar tests para probarla en coches fami- liares, y, viendo los resultados, pensaron también en aplicarlo en coches de rally. Solamente había un pequeño problema, en re- lación al reglamento del campeonato ese año (1979), que no permitían coches con tracción a las cuatro ruedas. Audi sabía esto, y por ello en- viaron a una persona a París, a una reunión de la BPICA (Bureau Permanent International des Constructeurs d’Automobiles, o Comisión Per- manente Internacional de Fabricantes de Auto- móviles, en español) para intentar cambiar esta regla, cosa que finalmente consiguió. Lo que nadie se esperaba es que, tres años más tarde, en 1982, el Audi Quattro dominó la competición, demostrando que la tracción total dominaba ab- solutamente todas las superficies. NUESTROS RELATOS

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