Vamos 243
81 sas para que limpiaran el hielo de las carreteras, pretextando que era peligroso para los espec- tadores. Y no solo eso, cuando terminaron de recorrer las etapas heladas del rally, los Lancia cambiaron sus neumáticos de invierno para así ir más rápido, ya que no había ninguna regla que dijese que no se podía, ni tampoco lo contrario. Como dijo Cesare Fiore, “Para competir debes conocer bien las reglas a las que te enfrentas”. Gracias a ello, el resultado del Rally de Montecarlo fue completamente diferente a lo que cualquiera pudiera pensar, con los dos primeros clasificados conducien- do un Lan- cia. La siguien- te carrera del año fue en Suecia, donde la s up e r f i c i e está com- p l e t ame n - te cubierta por nieve. Y cuando digo completamente me refiero a que ni con toda la sal del mundo podían retirarla. Por tanto, la solución fue simple, no se presentaron. Y por ello, Audi logró clasificar primero y segun- do, tres semanas después, hicieron lo mismo en Portugal, y otros dos podios en el Rally Safari. Verdaderamente, Audi se estaba alejando con el título. Y llegó Córcega, una de esas carreras de las que le gustaban al alemán. Superficie de asfalto, con 1066,10 kilómetros de longitud. Se esperaba un fuerte resultado de Lancia, con muchos puntos. Lo normal es que Lancia se presentase a un rally con dos o tres coches, pero a ese se presenta- ron con 4. El resultado fue un éxito, los italianos alcanzaron las 4 primeras posiciones con sus 4 coches, la victoria fue de Markku Alén. Pero lo mejor no fue solo que puntuaran tanto, sino que Audi ni siquiera lo logró debido a problemas me- cánicos. Este sólido resultado logró que el equi- po de Martini se colocara nuevamente en lo alto de la clasificación. El siguiente rally era Grecia, la Acrópolis, el más difícil del ca- lendario eu- ropeo. Los pilotos se en- frentaban a 843,3 kilóme- tros de tierra en difíciles condiciones, este tipo de terreno es propenso a causar pro- blemas me- cánicos. Lo normal sería pensar que el Lancia 037, con su baja fiabilidad, sería la víctima de es- tas averías. Pero no fue así, fue Audi el que las sufrió, logrando un impresionante 1-2, con Walter Röhrl ganando la carrera. En los siguientes rallyes, Nueva Zelanda y Argen- tina, los dos equipos se mantuvieron muy cerca en la tabla, con Lancia ganando en Nueva Ze- landa y logrando otro podio, mientras que en Ar- gentina el podio fue totalmente de Audi (lograron la primera, segunda y tercera plaza). Más tarde, llegó el Rally de Finlandia, al que Röhrl rehusó ir, lo que supuso una nueva victoria de Audi y un campeonato de constructores cada vez más NUESTROS RELATOS
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTQwOQ==