Vamos 246
23 La semana del 26 de marzo tanto los alumnos de TICS como los de Física tuvimos la suerte de poder visitar el CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear) y la ciudad de Ginebra. Como el nombre indica el CERN es la cuna de la física moderna, en especial de la de partículas, ya que consta del mayor colisionador de partículas (el LHC o Large Hadron Collider) y fue allí en donde se descubrió la partícula de Higgs Bosson. Pero la física va de la mano de la tecnología por lo que además de ver todo lo mencionado anteriormente, tuvimos la suerte de conocer a Robert Caillau, quien junto a Tim Berners-Lee creó la World Wide Web; más comúnmente conocida por sus siglas www. Exacto; algo que usamos rutinariamente y que ya se ha convertido en una primera necesidad, el internet, tuvo su primera semilla plantada allí. Robert nos habló de cómo todo ese proyecto nació de la necesidad de tener un sistema de acceso inalámbrico a la documentación del CERN, ya que organizar la documentación era su trabajo allí, pero viendo su utilidad desembocó en lo que todos conocemos hoy en día. Y lo mejor de todo: Lo hicieron público sin pedir ni un franco a cambio; ya que de eso trata el CERN. Una vez ya vistas las instalaciones y hacernos expertos en física de partículas, el viernes fuimos invitados por la Universidad de Ginebra a hacer un taller de encriptación. En él comenzamos aprendiendo los tipos de encriptación más básicas y haciendo unas actividades con ellos (nos juntamos en parejas y cada uno encriptaba un mensaje que el otro debía descifrar) y terminamos con la encriptación más avanzada: El cifrado asimétrico. Este último consta de dos llaves, una pública y una privada, de tal manera que cualquiera puede cifrar datos pero solo aquellos con la clave privada pueden descifrarlos. No entraré mucho en detalle sobre la lógica detrás de ello, pero nos sirve con saber que para descifrar un mensaje encriptado de tal manera sin la llave privada se necesita un ordenador cuántico de tal calibre que hasta la fecha es imposible. La conclusión de todo esto es que mereció la pena el viaje. No solo aprendimos de física y tecnología, sino también de la historia y cultura de Ginebra. De los 20 alumnos que acudimos, no hay ni uno que se arrepintiera de ir. VISITANDO EL CERN EXTENSIÓN EDUCATIVA Martín García Lloret 1º de Bachillerato VIAJES CIENTÍFICOS Y CULTURALES
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