VAMOS 247
Saber lo buena que es la calidad del aire en la zona donde uno habita es vital, ya que afecta a nuestra salud, al medio ambiente y a nuestra calidad de vida; pero en realidad, es algo que muchos de nosotros ignoramos. La definición de calidad del aire es: el grado de pureza del aire, medido por la cantidad de contaminantes presentes, tanto partículas sólidas como gases, que pueden afectar la salud y el medio ambiente; en este caso nosotros nos centramos en las partículas sólidas, más específicamente en las presentes en el aire de nuestra instalaciones. Una calidad del aire buena significa que hay pocos contaminantes, mientras que una mala indica niveles elevados de contaminación. Esto puede parecer algo poco interesante o simplemente inútil pero los alumnos de STEM opinamos todo lo contrario, y por eso cuando el plan AmiAire dio la oportunidad a varios centros educativos de participar en este proyecto midiendo la calidad del aire en distintos lugares de los centros, no dudamos en presentarnos voluntarios. Después de esperar por una confirmación resultó ser que la suerte estuvo de nuestro lado y tuvimos la oportunidad de participar en este maravilloso experimento. Para realizar las mediciones de la calidad del aire en distintos lugares de nuestro centro, utilizamos tanto un sensor de calidad del aire, que medía la cantidad de partículas en el aire cada quince minutos, como unos papeles a los que les aplicamos vaselina y dejábamos en un lugar específico durante una semana para que así las partículas presentes en el aire se les quedaran pegadas y poder, posteriormente, medir la cantidad de partículas a través de un aplicación. Esta aplicación por medio de una fotografía detectaba la cantidad de partículas del aire que se quedaban pegadas al papel y, luego de otorgar un número que clasificaba no solo la cantidad de partículas, si no que también su tamaño, catalogaba, según la cantidad de partículas, la calidad del aire en: muy buena, buena, moderada, mala o muy mala; lo que nos da una idea de lo bueno que es el aire en cada lugar. Cada semana colocábamos el sensor y los papeles en un sitio diferente y a la semana siguiente los recogíamos para medirlos. Pusimos estos medidores tanto en clases como en distintos lugares en el exterior, para así obtener mediciones de casi todos los sitios del centro. Y, una vez recopilados los suficientes datos, nos dividimos en grupos para que así cada uno formulara una hipótesis con respecto a una pregunta relacionada con los datos obtenidos. 14 GRUPO DE LAURA SOUTO, ADRIANA LANDEIRA Y VALENTINA RAMOS 3º Y 4º DE ESO La pregunta que se planteó nuestro grupo es, si hay una mayor contaminación en el exterior o dentro de las aulas y nuestra hipótesis fue que habría mayor contaminación dentro de las aulas, ya que, aparte de que algunas de estas tienen tiza, el tránsito constante de alumnos suele causar que dentro de las instalaciones se pueda apreciar un ambiente más cargado . También es cierto que varios profesores ventilan las aulas periódicamente, lo que refresca la atmósfera, pero también puede causar que partículas del exterior entren. Principalmente, fueron estos motivos los que influyeron en nuestra hipótesis; así que ahora solo quedaba verificarla. EXTENSIÓN EDUCATIVA 02 Proyecto de ciencia ciudadana: AmiAire
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTQwOQ==