El Colegio Peleteiro pone en marcha la primera acción para familias dentro del Plan de Bienestar Digital, que impulsa la Asociación de Madres y Padres del Colegio, con la colaboración de la Dirección del Centro y de la Universidad de Santiago. El próximo miércoles, día 11 de diciembre, a las 17.00 horas, la Dra. María Salmerón estará en el salón de actos del colegio para hablar de «Cerebro y pantallas: palabra de pediatra». Tuvimos la oportunidad de conversar con ella y ésto es lo que nos ha contado, actualmente como responsable del Plan Digital Familias de la Asociación Española de Pediatría (AEP):
P: ¿Quién es María Salmerón?
R: María es pediatra, madre… que hace 15 años, cuando llevaba la consulta de maltrato del Hospital La Paz de Madrid, vi mi primer caso de ciberacoso -que yo no sabía nada por entonces, los médicos no conocíamos prácticamente nada del tema- y vi sus consecuencias a nivel de salud para quien lo sufre y me puse a buscar y a formarme, para intentar ser útil y ayudar. Así empecé con todo este tema y ese fue el motivo de por qué una pediatra acaba hablando de los efectos de las pantallas en la salud.
El propio problema ha ido avanzando y me ha ido llevando, porque el acceso a la tecnología en la infancia y la adolescencia se hace a edades cada vez más precoces y de forma más intensiva y las consecuencias desgraciadamente se han ido multiplicando.
P: ¿Es importante que una pediatra de un paso adelante al respecto? ¿por qué?
R: Pues, sencillamente, porque estamos viendo problemas en la consulta que nos preocupan mucho. Estamos viendo trastornos del neurodesarrollo, niños y niñas de 2 o 3 años que no están haciendo lo que les tocaría hacer a esas edades: retrasos del lenguaje, retraso psicomotor…
Fíjate que a la hora de hacer evaluaciones en consulta, una de las cosas que hay que preguntar es el uso de pantallas, y si hay uso de pantallas hay que retirarlo y volver a valorar, porque hay muchos niños que si no serían catalogados de trastorno del espectro autista, o TDAH…, se produce una confusión de síntomas, porque las pantallas terminan de alguna manera por contaminarlo todo.
También estamos viendo en la etapa adolescente que el cerebro lo que está intentando es autorregularse, lo que se está formando es la corteza prefrontal. Cuando no se forma de una manera adecuada hay mayor impulsividad y grandes dificultades a nivel atencional. Vemos muchos niños con síntomas de este tipo y el elemento común de muchos de ellos es que están haciendo mucho uso de pantallas.
También estamos viendo afectaciones en la salud, sobre todo muchas afectaciones del sueño, afectaciones oculares, niños que tienen una miopía progresiva muy rápida o incluso cefaleas muy intensas y persistentes, dolores de cabeza muy agudos. En ocasiones cuando llegan a urgencias, nos hace sospechar que es un problema importante a nivel intracraneal, un derrame cerebral, se hace un TAC, es normal y entonces le preguntamos a los padres si usan mucho las pantallas. Luego comprobamos que, si el uso intensivo se quita, el problema desaparece solo.
Vemos también más problemas de obesidad, disminución de la actividad física…. y al final una afectación de todos los hábitos de vida saludables.
En la adolescencia otro tema que nos preocupa es que se trata de una etapa en la que se está formando la persona, se está formando la identidad del propio cuerpo y la identidad sexual. Es una etapa en la que no tienes un bagaje para poder diferenciar lo que es veraz y lo que no es veraz y tienes un cerebro impulsivo que no completado su desarrollado todavía. Estamos viendo niñas y niños que acceden a información inadecuada para su edad, cada vez más temprano, desde el acceso a la pornografía y todo lo que afecta a la educación afectivo sexual, hasta cosmética herencia, desde edades muy precoces, con problemas ya a nivel dermatológico. Los dermatólogos lo están empezando a ver, al igual que los oftalmólogos.
Y no hablemos ya de lo que sucede con la salud mental, depresión, ansiedad, toda la esfera de los trastornos de la conducta alimentaria… Realmente los pediatras estamos muy preocupados.

P: Hay un sector de la sociedad que cree que estamos cayendo en un excesivo alarmismo con todo este tema de las pantallas ¿qué les dirías?
R: Sinceramente creo que estamos ante un problema muy serio, también para las familias. Yo lo veo todos los días en la consulta. Por suerte muchas familias ya se están planteando gestionar la tecnología en casa de otra manera.
Muchos padres se preguntan que sin la tecnología su hija se va a perder algo importante. Yo en la consulta lo que le digo a los padres es que la tecnología está diseñada lo suficientemente sencilla como para que el hecho de no tener contacto con ella desde edades tempranas no suponga ningún problema. Los programadores que se dedican al desarrollo de todo este tipo de tecnología, uno de sus grandes objetivos es que sea de uso muy sencillo. Quienes están detrás del marketing de la tecnología han hecho muy bien su trabajo, a la hora de trasladarnos que esto es imprescindible, como un tren que pasa, al que tengo que subirme, porque tal vez no vuelva a pasar.
P: ¿Corresponde supervisar a los papás y a las mamás, nunca a un niño de 10 años?
R: Una parte importante del problema lo tenemos los adultos, que hacemos muy mal uso de la tecnología. Debemos partir de la base de que lo importante para el niño es el ejemplo. Si hay una incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, el niño al tener más dificultades para entender el lenguaje verbal, se va a quedar con el lenguaje no verbal, con lo que ve. Debemos ser coherentes y “ser ejemplo”, no sólo predicar. Si el niño te ve comiendo zanahorias es más fácil que termines comiendo zanahorias. Si tú te llevas el móvil a la cama, tu hijo se va a llevar el móvil a la cama… y haríamos bien, porque también afecta nuestra salud y a nuestro cerebro.
P:¿Está suficientemente documentado todo esto que cuentas? ¿qué nos dice la evidencia científica?
R: Lo primero que hay que decir es que en medicina estamos muy acostumbrados a que las cosas evolucionen. La evidencia va evolucionando y lo que se dice hoy no necesariamente va a servir para toda la vida. Debemos ser flexibles y permeables a toda la evidencia que se va generando. También en el caso de las pantallas, área en la que cada vez vamos teniendo más evidencia. Pero, en cualquier caso, otra cosa muy importante es que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia. Cuando algo no lo sabemos o no estamos seguros del todo, pero tenemos indicios relevantes, lo que hay que hacer es atenerse a la prudencia. Uno de los principios fundamentales de la salud consiste en no dañar. Cuando se decidió prohibir el tabaco en los lugares públicos, la evidencia que había publicada era mucho menor que la hoy tenemos. Lo mismo sucede, en mi opinión con las pantallas. En la actualidad se están haciendo ensayos clínicos en los que estudiamos el tiempo de pantallas y sus posibles consecuencias a nivel de salud, pero la ciencia bien hecha es cara y es lenta. En cualquier caso, estudios poblacionales muy interesantes realizados en diferentes países están advirtiendo para decir que tenemos un problema serio de salud pública.
P: ¿Desde el sistema sanitario se está siendo realmente consciente del problema? ¿y desde el sistema educativo?
R: Yo diría que en el sistema sanitario cada vez más. Queda todavía mucho trabajo por hacer, sobre todo a nivel de detección e intervención precoz, pero tenemos que ser capaces también de activar a las autoridades pública. Los sanitarios pediátricos, los que trabajamos día a día con la Infancia, lo tenemos clarísimo, porque lo vemos todos los días, pero nos queda un trabajo muy importante a realizar con otros profesionales, de otras áreas, como es el sistema educativo y, por supuesto, las propias familias.
En el ámbito educativo, los profesores que están todos los días en el aula, están viendo cada vez más alumnos con problemas de atención. Están viendo también cómo los móviles están generando no pocos problemas de convivencia.
Por otra parte, en educación sí que pienso que se está cometiendo un error de partida, y es que siendo muy importante la adquisición de competencias digitales (que estoy totalmente de acuerdo), creo que es cada vez más importante trabajar y reforzar las competencias humanas en general, la EDUCACIÓN en mayúsculas.
P: ¿Qué opinión te merece la iniciativa de poner en marcha un Plan de Bienestar Digital como el del Colegio Manuel Peleteiro?
Me parece una iniciativa estupenda porque creo que es una manera de concienciar desde un ámbito que es esencial para la familia, para el niño y para el ser humano. Creo que a quien se le haya ocurrido, ha tenido una idea magnífica. De hecho, lo que os animaría es a evaluarlo, demostrar que funciona y publicarlo, divulgarlo, ya no digo por Galicia, sino a toda España. Ojalá iniciativas como esta que esté llevando a cabo vosotros se hicieran en todos los colegios de España.
P: Últimamente estamos cayendo en la tentación de elaborar recetas y decálogos para todo, pero en este caso vamos a intentar ser más prácticos, danos 3 o 4 recomendaciones sencillas para las madres y los padres
R: No es nada fácil lo que me pides, pero lo primero es insistir en la importancia que un buen de las pantallas tiene a nivel de salud. No debe haber ninguna duda en este punto de partida. La actividad física y el sedentarismo, la alimentación, las relaciones sociales y el desarrollo emocional, la higiene del sueño, si no conseguimos una cierta desconexión digital todo eso se va a ir al traste.
Una segunda recomendación muy clara es retrasar la llegada del teléfono móvil a la vida de nuestras hijas y nuestros hijos y, por extensión, de las pantallas. A partir de aquí, cuidar que haya una buena higiene digital en casa, que cuando hagamos uso de las pantallas, sea el tiempo estrictamente necesario y siempre con un objetivo concreto. Y eso también es para los adultos, esto es, dar ejemplo. Por último, creo que toda esta crisis histórica que estamos viviendo con las pantallas, nos brinda una magnífica oportunidad para que como madres y como padres recuperemos el empeño y la ilusión por la crianza, por estar al lado de nuestros hijos, por hablar con ellos cada día y no dejar de alimentar el vínculo tan importante que debemos tener con ellos y que tanta falta nos hace a todos.
P: ¿Y en el colegio?
R: El trabajo también se debe extenderse al profesorado, al centro educativo. A los niños hay que intentar enseñarles cada día, sobre todo trabajando progresivamente el pensamiento crítico. Cuando se les explican bien y con calma las cosas, cuando se les da la oportunidad de reflexionar, interiorizan, entienden y se convierten individuos críticos. Esa es la mejor vacuna. A día de hoy la industria no tienen un filtro ético y por tanto es muy importante hacer un uso muy crítico de la tecnología.
Si los niños interiorizan cómo afecta a su salud, a nuestras relaciones sociales o a su cerebro, es fundamental. A partir de ahí son ellos mismo los que nos corrigen a los padres y a los profes.
Por otra parte, el sistema a educativo podría hacer otra cosa muy importante, que es apostar decididamente por la actividad física. En la adolescencia el cerebro ya tiene a terminada una parte importante de su desarrollo, pero que la parte más impulsiva, la gestión de las emociones, lo que sería el hilado fino de la regulación. El ejercicio físico ayuda muchísimo a la autorregulación. Ahí habría que meter el ejercicio a saco.
Última cosa, invita a las mamás y a los papás del Colegio Manuel Peleteiro a hablar contigo de todos estos temas el miércoles 11 de diciembre Yo voy a intentar darles un mensaje muy claro y muy directo de la importancia que tiene todo esto, pero creo que lo más importante es darnos un espacio para que podamos opinar, plantear nuestras dudas e inquietudes y hacer las preguntas que necesitemos hacer. A partir de aquí intentaremos darles herramientas útiles para el día a día. Se puede, se puede y entre todas y todos podemos.